El balón intraaórtico es un tipo de soporte hemodinámico y ha surgido como el dispositivo de asistencia circulatoria más utilizado. Se implanta a través de la arteria femoral para mejorar la presión de perfusión de la sangre y la llegada de oxígeno a los distintos órganos.
Cuando se produce un daño en el corazón que le impide mantener un suministro adecuado de nutrientes al resto del organismo, necesitamos emplear tratamientos encaminados a mantener, en lo posible, la presión de perfusión de la sangre y con ello la llegada de oxígeno a los distintos órganos. Pero muchas veces esto no es suficiente y es imprescindible la ayuda de dispositivos de apoyo circulatorio.
BALÓN DE CONTRAPULSACIÓN INTRAAÓRTICO (BIAC):
Es uno de los mecanismos usados con mayor
frecuencia. Está formado por un globo que se sitúa en la arteria aorta descendente (desde
la salida de la arteria subclavia izquierda a las arterias renales), conectado
a una consola que suministra el gas (habitualmente helio, en ocasiones dióxido
de carbono) para su inflado y desinflado, y que controla su sincronía con la
contracción del corazón. De esta forma, durante la contracción del corazón
(sístole cardíaca), el globo se desinfla activamente (facilitando la salida de
sangre desde el ventrículo izquierdo a la aorta) y durante la relajación del
corazón (diástole) se produce el inflado del globo con lo que se mejora la
perfusión del corazón por un mayor flujo de sangre a nivel de las arterias coronarias, mejorando la función cardiaca. Durante este proceso se moviliza un volumen de
sangre (generalmente entre 30–50ml), lo que consigue aumentar el gasto cardíaco
hasta en 1l/min mejorando, asimismo, el flujo renal.
Colocación del
dispositivo:
El BIACP consiste en una membrana de poliuretano en el extremo distal de
un catéter de doble, y una consola con una bomba que se encarga de la inserción
de gas en el balón. Antes de la inserción es importante asegurarse de elegir el
tamaño adecuado para el paciente. Una vez inflado, el tamaño del balón no debe
exceder del 80–90% del diámetro de la aorta descendente. Actualmente, el
catéter se inserta por vía percutánea en la arteria femoral, aunque también se
ha descrito su inserción percutánea a través de la arteria braquial. Una vez
introducido, se debe colocar en la aorta descendente, con la punta (radiopaca)
2–3cm por debajo de la arteria subclavia izquierda, a nivel de la carina.
Indicaciones:
- Pacientes en shock cardiogénico (el corazón no es capaz de contraerse lo suficiente para mantener el aporte de oxígeno a los distintos órganos), ya que se trata de mejorar sus condiciones hemodinámicas (presión arterial, frecuencia cardiaca, riego sanguíneo a nivel periférico).
- En pacientes con isquemia miocárdica (infarto o angina inestable), para tratar de mejorar la perfusión a nivel de las arterias coronarias. También ha sido utilizado asociado al tratamiento trombolítico
- En el perioperatorio de cirugía cardiaca.
- También se plantea su uso en pacientes con insuficiencia cardiaca o arritmias ventriculares refractarias a tratamiento médico como puente a otras alternativas de tratamiento.
- Pacientes con insuficiencia mitral aguda secundaria a ruptura de músculos papilares o del septo interventricular.
- Soporte durante la realización de angioplastias
- Puente al trasplante
Las complicaciones oscilan entre un 2–47%, la mayoría asociadas con
compromiso vascular (obstrucción del catéter, isquemia de la extremidad,
necesidad de trombectomía o amputación). La complicación más frecuente es la
incapacidad de insertar el balón. Menos comunes son la disección aórtica, la
laceración aortoilíaca o la perforación, la infección del catéter o de partes
blandas y las complicaciones ateroembólicas. Asimismo, el BIACP puede ir
acompañado de complicaciones mecánicas que incluyen su rotura, el inflado
inadecuado y el insuficiente aumento diastólico.
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